Blogia
Arianna

El Laberinto de Arianna

21

21 Podrías acercar tus labios,
Podrías acercar tus manos
Y trepar por mi vida
Como la hiedra trepa por las piedras...
Podrías detenerte frente a mi ventana
Y obsequiarme un beso desde los cristales
O simplemente detenerte y hacer que el tiempo
Y sus brújulas dirijan sus manecillas hasta donde yo me encuentre...

Tan sólo eso, espero...
Un amanecer que encienda mis mejillas,
Un amanecer en el cual mirarme y hundirme...
Eso espero...
Espero que tú un día me cubras los ojos con tus manos
Y detengas las horas,
Los días
Y las semanas...
En una esquina cualquiera,
En una calle anónima,
Tú te acerques
Y me sorprendas,
Me sorprendas con tu presencia
Y recortes para mí las estrellas que hoy se niegan a mirarme...

Tan sólo eso espero...
Espero que te confundas con mi aroma,
Que caigas a raudales sobre mí como la lluvia
Y que nos confundan en las calles,
Que nadie sepa dónde termina mi vida
Y comienza la tuya,
Que nadie pueda distinguir de qué hilos estamos cosidos...
Tan sólo espero que puedas besar mi sombra y ser una con ella...

Espero todos los días que amanezca y te duermas en mí...

18

18 18

En las arenas de mi insomnio
en las grietas de la pared
en los silencios que teje la araña
en la brisa de las mareas
en los terciopelos de mi rencor
en los apuntes
en las hojas blancas
en los libros
en mi portafolios
Allí te encuentras
como una letanía
como una sombra que muerde los rincones
como una telaraña que pende de mi cuello
y que acaba en el círculo de humo de mi cigarrillo
Así eres
Me sigues
Me observas
a hurtadillas
bajo la luz de la luna
en el secreto de la noche
en los andenes de los trenes
en el silbido del viento...
mudo,
amordazado
a una pasión.
a un encuentro
que compartimos a espaldas de la ciudad
frente a la muralla
de vientos, siglos y soledad
que nos separa...

5

5 Duermes...mientras el mundo con sus tormentas parpadea sin descansar, mientras la ciudad aúlla su grito de desesperación, mientras el hambre y el frío se cobijan bajo las escalinatas de las plazas... duermes, mientras mi mano descansa sobre ti y los murmullos de la vida se apagan allá a lo lejos... mientras el silencio es nuestra única avenida de contacto... duermes... tan lejano de mí, a tantas millas que ni la marea y el oleaje pueden acercarte a mi orilla... duermes, pedacito de sol... duermes y la luz cae sobre tu frente, regalándote una sonrisa... regalándote un paisaje en ese océano de calma que eres cuando sueñas

45

45 Te elogiaron
te rindieron honores
eras el mejor
entre todos
el iluminado
el elegido
el que portaba la luz

Dijeron que
tendido de bruces
entre el polvo y la sangre
entre el miedo y el odio
entre el dolor y la misericordia
eras más hombre
que todos los que ahí habían dado su vida...
mas tú, Héctor,
el más digno
el más amado
el más recto
también eras mortal
eras polvo
eras sangre
eras dolor
eras misericordia...

Tu padre llevó tu cuerpo a la ciudad
y lo condujo hasta la pira
y allí realizaron los ritos necesarios...
Tus ojos,
tus labios,
tus manos
se perdían entre las llamas
pero tú ya no nos percibías
tú vagabas lejos
tú estabas detrás de los espejos
observándonos
o tal vez absorto en la gracia...
lo desconozco
Amado Héctor,
Entonces
¿quién Recitó suavemente?
¿Quién entregó el último adiós?
¿Quién vio tus ojos perderse tras las llamas?
¿Quién vio morir a su padre, hermanos y
a ti, mi amado esposo, bajo la crueldad de Aquiles?
Fui yo...
sí,
la prisionera de guerra.
La mujer,
Sólo yo,
Andrómaca.

16

16 16

El deseo ardiente
La rabia sorda
El desierto desbordando de las venas
La claridad de la luna
Incitando a la huida
Hacia estaciones vírgenes y remotas
Incitando a desaparecer
En el mar rugiente
En el soplo de huracanes
A estrellarse violentamente
Contra las profundas tinieblas de otro cuerpo
La tentación del abismo con los brazos extendidos
Confundiendo con el rasgar de los mares,
En lo infinito de una imagen
Sin nombre,
Invasor,
Hijo del sol,
Amante solitario
Esperando en su lecho
Al borde de la tempestad
Envuelto en su aroma, en su sal
Adherida a su piel una bandada de deseos ardientes
Ella
Indecisa
Ella confundida
Negándose al compás de ese cuerpo rítmico, ancestral
El
junto a un surco vacío en su lecho
Observando como las horas se desmenuzan
Como bocas sedientas del sur
Detonan una tentación prohibida
Un sueño que cada vez se hace más inalcanzable...

7

7 7

Sentada en los arrecifes
Ella aguarda
Sabe que la melodía de su canto
La hace irresistible
Sabe que aquél que la mire
Caerá en la tentación
De acercársele
Y que no cesará de escucharla...
Sabe que su canto seduce
E impide a quienes la aman
Retornar a sus tierras
Entonces
¿Por qué no canta para El?
¿Por qué no lo incita a
Conocer sus praderas?
¿Por qué no lo embruja con su voz?
Sabe que El lo abandonaría todo
Ella sabe los peligros de su canto,
Se sabe prohibida,
Se sabe la mujer de los imposibles,
Y mientras lo observa en silencio
Internarse hacia alta mar
Permanece a orillas del roquerío
Desatando sus cabellos,
Desatando las cuerdas de su vestido,
Desatando los corales que adornan su cintura...
Entonces murmura
Un canto triste
Sabe que ese hombre no retornará a esas costas
Que pertenece a otras tierras lejanas
Que debe regresar a su amada patria
A sus raíces,
A su sangre...
El cuando llegue a puerto
Anhelará el mar,
Las olas, las islas
El canto de las caracolas
El viento marino
El suroeste será un océano de imposibles
De murallas, desiertos, arena y nieve...
En aquellas tierras, El
Acaricia el cabello de un niño
Lo ve crecer, jugar, reír
Y Ella en sueños
Bendice la dicha de aquel hombre...
En la distancia,
En los pronombres,
En los verbos,
En los subjuntivos,
Lo acompaña...
Lo acompañará siempre...

20

20 20
Desde las profundidades de este océano
Desde mis ventanas entreabiertas
Desde el sur de estas costas
Deslizo mis redes hacia tu puerto
Deslizo mis sueños como peces
Que navegan buscando otras aguas donde fluir
Mientras pienso...
La distancia es un gemido del viento tormentoso,
Es el rumor de la lluvia,
Es el vértigo de esta ciudad de luces,
Es el centro cargado de silencios
En medio de las sombras
Ardiendo de deseos
De pie mirando hacia el noreste
Con el ritmo de otros latidos
Al compás del oleaje
Modelo cuerpos, valles, colinas
Al compás de tu voz
Voy creando una melodía
Y pienso...
Busco rostros
Busco miradas
Atrapo sonrisas
Enlazo labios
Y deseo construir tu retrato
Con ellas
Un bosquejo de ti
Una pincelada de tu presencia
Pero las imágenes se desvanecen
Y permanezco sentada recibiendo las ondas del mar
Que van desatando mis recuerdos
Un lienzo de fragmentos de rostros
Que van escurriendo
Que van desembocando en las aguas profundas
De este atardecer...
Y tú
En tu rutina
En tu vivir diario
No intuyes que alguien más te vive
No intuyes que alguien más te ama
Y que a la orilla de la playa
Colecciona trozos de tu existencia...

14

14 14

Bajo el cielo inmutable de estrellas
Quiero que desciendas hasta donde soy
Quiero que desciendas hasta mis raíces,
Abriendo surcos,
Hombre blanco,
Deseo el fuego de tus armas
El aroma de tu tierra
La confianza que encuentro en tus palabras
Confiarme a tu certeza
Confiarme a tu voluntad
A tu calor
Al centelleo de tus ojos cuando me contemplas
En el oscuro bosque
Donde circulas como savia
A través de mis sentidos...
Jamás abandonaré esta playa
Donde te encuentro entre las estrellas
Donde el calor de tu cuerpo me pertenece
Donde reservas un lugar para nuestros secretos
En ti encuentro mi aldea
La voz del amante
La calma de mi sed
Los ríos donde navegar
Sin más rumbo
Que la noche...
Has alimentado esta pradera con cada latido
Con cada roce de tus manos has desplegado la primavera
El mundo es un insulto cuando tú me miras
El mundo es un insulto cuando tu grito solitario en medio de la noche
Me busca con la caricia del viento y el olor de la lluvia...
Entonces te respiro,
Hombre blanco, animal, árbol, hombre
Siento que compartimos ese aire
Como un espíritu que habita entre los dos en silencio,
En esa gran soledad que habita nuestros espíritus
Sé que descubriré tu cuerpo blanco en esta tierra lejana
Sabré con solo tocarte
Como la sangre de tus ancestros
Te une a mi tierra
Entonces me dejaré llevar al más recóndito rincón del bosque
Donde el destino nos atrajo
Y allí en medio de la noche
Bajo el cielo inmutable de estrellas
Me confundiré en ti
En tu desierto
Y seremos lenguas de fuego que jamás se consumirán...

11

11 11

Tu voz me llamó desde el mundo
entre los mundos...
sentí la fuerza eterna de la vida
tu voz me llamó desde el tiempo anterior al tiempo
y con ella el murmullo de las olas en la playa
y el gemido del viento en los árboles
vinieron a soñarme con mi vestido rojo
desde entonces he deseado el tacto de tus manos
he inventado tu aroma
he deseado escuchar tu voz
musitando mi nombre
he mirado hacia el norte
bajo la luz de la luna
y he saboreado tu beso
he sentido tu cuerpo aferrarse al mío
candente
fatigado de búsquedas sin respuestas
fatigado de noches bajo el trópico
sin hallar reposo a tu pasión
y yo aquí
en el balcón de los deseos
con mi vestido rojo
recortándose en tu horizonte
deseándote
anhelándote...
tú buscándome
en cada mirada
en cada roce
en cada vestido rojo...

10

10 10

Emerge del lago,
de sus pechos brota
agua dulce y gélida,
sus cabellos son una cascada
y con sus brazos extendidos
acaricia los vientos...
su cuerpo es una ráfaga de sal,
anhelante, ansiosa
de que aquel hombre
que está observándola desde la orilla
se atreva a deslizar sus pasos
para acudir hacia ella...
El es el hombre sin rostro,
oculto en la noche,
eleva su lámpara
e ilumina el lago
revela los pechos firmes y vírgenes
de aquella mujer misteriosa
intuye que de aquellos pechos bebería el dulce néctar de la pasión
de lo desconocido...
intuye que se tendería junto a ella
sobre la arena,
la cubriría con su delirio,
recitaría los conjuros a su oído
y decoraría aquel cuerpo brioso con los luceros de la noche
la poseería sin tiempo ni límites
rasgaría todo lo que se interpusiera entre ella y él
y finalmente,
con su lengua trazaría un canal de fuego en aquel vértice oculto
y la haría gemir bajo su cuerpo
haría germinar la primavera
que yace en el vientre de aquella
desconocida...
entonces cerraría sus ojos
y sobre esos pechos húmedos
recordaría aquella inocencia olvidada y perdida,
sintiéndose nuevamente un niño
estrecharía en sus brazos a esa mujer
que encierra en su mirada su tierra amada
y sería capaz de dejar por ella
su destino,
sus búsquedas,
sus negaciones...

9

9 9

Yo en un cristal
Tú en tu rutina
Yo en la vitrina del escaparate esperando
Tú mordiendo sueños en las esquinas, envuelto por la niebla
Yo jugando este juego de la soledad
Tú calculando las horas
Yo mirándote sin que tú me veas
Tú distraído, mirando y contando estrellas
Yo deseando ser de carne
Tú caminando por las calles desiertas
Yo haciéndote un guiño
Tú enarbolando la mano para bajar un globo
Yo perdida en las sombras de la tienda
Tú y Yo
Cada uno en lo suyo
Cada uno inmerso en su espacio, frente a relojes y paisajes diferentes
Tú en el frío
Yo en la soledad de los mares
Tú mirando escaparates
Yo mirándote desde el escaparate
Tú volteándote
Yo sonriendo
Tú me rozas
Yo te alargo mis brazos
Tú me miras
Yo te miro
Por un segundo somos una sola mirada
Y luego
Cada uno a lo suyo
Y los años,
Mi niño,
Nos van recortando las horas
De un encuentro
De un tocarse
De un extrañarse
De un desearse
Y luego
La nada
Tú me olvidas
Y yo me quedo ahí en el escaparate

12

12 Hombre desconocido
que tendiste tu mano
y que colmaste de nuevos mares mi agónica existencia
Hombre desconocido
que fraguaste con tu fuego los sentidos que dormían en mi piel
a ti
arduamente cansado de la vida...
a ti
que me mostraste el norte
con su desierto, sus soles, sus alturas...
Hombre desconocido
lejano, ausente, perdido
en la selva de papeles
en las tareas diarias
en los miedos de cada día
Hombre desconocido
sin voz
sin palabras
sin rostro
que caminas
buscando un curso a través de las estrellas
a ti
que me miras desde las celosías
desde las ventanas del tercer piso
desde el rincón de tu imperio
A ti
Hombre desconocido
Que sólo puedo besar en los espejos azules de mis sueños
A ti
Que me abrazas en las calles anónimas
Y que jamás he contemplado tu rostro
Te espero
Contemplando atardeceres
Contemplando amaneceres
Contemplando lluvias
Hombre desconocido,
Sin memoria
Atemporal
Y dueño de los soles,
A ti que juegas
Con las lunas solitarias del noreste,
A ti que cuentas estrellas...
A ti dedico mis palabras
Hombre desconocido,
Que vibras en mí
Como una melodía pretérita y solariega...
Acuna mis insomnios
Somete mis recelos
Protege mis furias
Abraza mis equivocaciones...
Si nos inventamos
No neguemos la pasión
Hombre desconocido
En el sur
Entre los mares
Te imagino...

EL LABERINTO DE ARIANNA

EL LABERINTO DE ARIANNA 1

Imperturbable,
Amante,
Soñador,
En ti la magia
Duerme enamorada de tus palabras.
Aunque los años avancen,
Aunque los días me nieguen tu presencia,
Aunque la vida sea sólo esto,
En mi memoria estás
Vivo
Enseñándome a mirar un atardecer
A contemplar los colores del paisaje
Sintiéndote en mí
Como la primavera
dando luz a mi imaginación.
Pese a que éste sea nuestro sino
Recuérdame
En cada momento
Y las melodías quedarán entre los árboles,
Quedarán enredadas en mi cabello,
quedarán enamoradas de tu voz
y de tu poesía





2

Amo tu cuerpo moreno y terso
Amo la tierra en que descansan tus raíces.
El viento muerde tu boca de fresa
en tu cuerpo descansa la luz dorada del crepúsculo
en ti anidan mis ansiedades y deseos,
tú eres el puerto donde anclaría mi fuego,
fundiría mi leña, bebería tu miel, tu sal,
me envolvería en la arena dorada de tu abrazo
me perdería en la ausencia de tus ojos negros,
de tu boca madura que se ofrece sin miedos,
me perdería en tu silueta recortada por el viento,
sería el polvo de tus íntimos secretos,
la caricia más recóndita de tus murmullos,
el manantial, el valle de geranios
donde descansen tus armas y escondas tus señales
uniendo mi sur y tu norte sin que nada los desligue,
y aún espero tu llamada,
aún espero que unas tu desierto con el mar
que encierra mi bahía,
tu llamado embriagado de azafrán, que sabe a sal cálida y morena,
alzaría tu llamado como una bandera
y resumiría las millas y kilómetros que te separan de mí...





3

Frente a la ventana
Tejo un atardecer
Combino colores
Aplico distintos tonos
Frente a la ventana
La ciudad muere
Mientras cojo un hilo
Deshago un sueño
Y lo dejo volar
Mientras la lluvia empaña los cristales
Cojo las tijeras y corto una ilusión
Mientras el sol se desdibuja
Cojo la tela y la rasgo
Los sueños que durmieron
Han desaparecido
Si ya nadie los soñaba
Estaban ahí
Destilaban un color impreciso
Destilaban lágrimas que nadie secó
Destilaban un pasado que nadie quiere
Revivir
Mientras las aguas del mar se agitan
Las agujas caen como estrellas
Como luces
Y van a dar al jardín
Allí se hundirán en la tierra negra
Y quizás florezca el olvido
Quizás florezca mi tristeza
Quizás vayan cayendo
Lentamente
Hasta que se duerman
En mi piel
Mientras las estrellas
Van recitando sus melodías
Yo despojo de colores
Yo desato los hilos
Y contemplo
Cerros, nieve, soledad
El noreste que me dice adiós

36 (de El Laberinto de Arianna)

36 (de El Laberinto de Arianna) Tú eres el guía
yo el aprendiz
me exiges paciencia
para aprender
sinceridad y respeto
que abra los ojos
y me discipline
que no malgaste mis energías
reflexión
mesura
la mente despejada

En este momento soy
la ruptura
el desgastamiento
lo marchito
no aferrarme a modelos arcaicos
soy
el desorden
la condena
los hábitos perdidos
el menosprecio por los paradigmas
el rencor por los burgueses
el hastío por los códices impuestos

Dices que el único camino para aprender
es la tranquilidad y la libertad para ser
mi mejor tributo ser una persona paciente
libre de aprensiones
Creo, maestro, que no podré
no puedo simular sentimientos
no puedo disfrazar mutaciones
dudo de todo
soy un abúlico frente al mundo
pisoteo el ayer
la felicidad
desde tu visión sólo
está al alcance de mis mentiras
quiero alas
para desafiar al mundo
alas
para desafiar tu cordura
alas para luchar contra tu equilibrio
y tu concordancia
alas que dejen huella de mi resentimiento
de mi ira

44 ( de El laberinto de Arianna)

44 ( de El laberinto de Arianna) La ciudad languidece bajo esta lluvia
Tus pensamientos se evaporan, se deslizan,
Mientras en la ciudad gira el viento
Y las aspas del tiempo van gatillando tus minutos...

Un buen día para morir has escogido, Arianna
Un día en que la lluvia y las tormentas hacen navegar tu ciudad
Un día en que tu tormenta interior se posesiona del paisaje
Y tú te conformas
Mirando el mar
Bajo la lluvia

O tal vez avances sobre la arena tibia
Sientas las gotas de lluvia enredarse en tu rostro
Palpar tus sienes
Abrir las heridas que creías cerradas
Y dejarte llevar por el sonido de las olas
Hacia lo más profundo de las aguas celestes de tu recuerdo

Es un buen día
Profético
Haré los ritos necesarios
Las llamadas
Los mensajes en tu contestadora quedarán intactos
Las luciérnagas que trepaban por tus ojos podrán liberarse
Podrán sentir que tienen alas para recorrer el mundo
Podrás entonces
Despedirte de la belleza de esta vida
Despedirte con tu sonrisa de niña encantada
Despedirte de los días que entregaste como una dádiva a los vientos

Hundirte lentamente
Sintiendo que tu cuerpo absorbe cada molécula de agua
Sintiendo que la lluvia desciende por tus venas
Sintiendo que tu respiración y el oleaje se vuelven una sola melodía
Sintiendo que las voces se callan en tu interior
Sintiendo el vacío
Sintiendo el eco de las olas

¿Arianna, qué le digo a Teseo?

El no volverá...
No dirás nada
Quizás él lo haya presentido desde siempre
Quizás él consultó a los oráculos
Quizás él manejaba los hilos
Quizás tejió mi sueño
Y olvidó el telar
Hoy no hay ansiedades en mi alma
Hoy es el principio
Hoy es mi entrega a los mares
Sin pensamientos
Sin imágenes
Sin recuerdos
Sin palabras
Sólo Arianna y el Mar

34 ( de El Laberinto de Arianna)

34 ( de El Laberinto de Arianna) Recorres el laberinto
y pides clemencia
y pides compasión
y pides misericordia
es ingrato verte morir de esta manera
tú tan omnipotente
abrazado por la fría espada de un mortal
tú, hijo de dios
tú, hombre sin rostro

Quizás tu muerte
sea hoy mi desventura en esta isla
quizás tu muerte
explique mi soledad en estos mares
quizás
sea tu redención, Minotauro,
ofrecí mi soledad a cambio de tu muerte

Ingrato sino
nos persigue

esperando a tu redentor
yo
esperando que el amor me redimiera
Ingrata tarde
para ver tu rostro
Ingrata tarde
para escuchar tu grito de muerte

Hoy las naves han zarpado
sin mí
me he quedado en tu laberinto
mirando tu rostro desencajado
los dioses han vengado tu muerte
y me han convertido
en tu sacerdotisa

Yo que entregué los hilos que te conducirían hasta tu muerte
debo velar tus restos
y sentir la soledad como amante...

32 (de El Laberinto de Arianna)

32 (de El Laberinto de Arianna) Amo el atardecer
rojizo del otoño
y las suaves lluvias de abril
que resbalan por mi rostro
amo el aroma de la tierra húmeda
en contacto con las plantas de mis pies
la tibieza del fuego de los leños
de eucalipto
el olor de la naturaleza cuando cae la noche
y destilan sus cabellos los árboles
y se desvisten las mareas
y se desprende de los labios de los cerros
un beso que bordea mi cuerpo
y enciende la sangre de tus arterias

Amo los otoños
las hojas corriendo por las pasillos
los dedos de mis pies resbalando por el lodo
de la carretera principal
y el viento ahuecando mi blusa roja
sin prejuicios
sin preguntas
sin respuestas preconcebidas
sin aturdirme con el sonido claustrofóbico
de la ciudad y sus volcanes
ser libre
por la gran avenida
descalza
de miedos
de torpes palabras
de rencores
libre
caminando
corriendo
girando
sin prisa
ni tiempos
olvidando
perdonando
sembrando mi huerto
con los sueños
que se desprenden de mis pupilas

37 (de El Laberinto de Arianna)

37 (de El Laberinto de Arianna) "Cada dia, todos los días te espero... "

Me preguntaron qué es el dolor
y no supe responder
me preguntaron qué es la vida
y en silencio quedaron las paredes
me preguntaron por El
y sólo entonces supe que no le conocía
caí en la cuenta que nada nos unía
caí en la cuenta que el mar era más profundo
que mis sueños de niña
caí en la cuenta que mis lágrimas
jamás saldarán la cuenta de mi destino

Respondieron otros a las preguntas
aquéllos que creen conocer mi alma viajera
y estrellaron sus palabras contra mi mundo de cristal
nada de lo que respondieron
me describía
nada de lo que decían convencidos en su fe
pudo definir
lo que yo sentía
sabes
por qué
hace años que deambulo
presa de un cuerpo ajeno
hace años que vivo en una ciudad extraña
que duermo y siento que la vida fluye
más allá de mis costados
¿dónde estoy?
¿es así el laberinto?
¿mi vida se reducirá a contemplar la felicidad desde
las gradas?
otros hilos cosen mi alma
otras agujas dan puntadas a mi sino
y sin embargo,
me rebelo a esto
deseo ser quien
encuentre el carrete de hilo
y ser capaz de recorrer mi propio laberinto
solo para ver cara a cara el sol...

41 (de El Laberinto de Arianna)

41 (de El Laberinto de Arianna) Te propusiste ser la Belleza en el Mundo
Vida y muerte
Fuerza y debilidad
Antes y después.

Enseñaste sin palabras;
Nutriste,
Vaciaste tu corazón,
Llenaste tu vientre,
Debilitaste tus ambiciones,
Y fortaleciste otros cuerpos.

"Eterno" fue tu consigna
carecer de conciencia de ti mismo.
semejante al agua,
sin ser contenido por ninguna fuente,
Fluías por lugares que otros desdeñaban,
acercándote más deprisa a la tierra,
dejándome empantanada en el recuerdo
en la miseria de tu tacto...

No luchaste, y así permaneciste libre de culpa.

Entonces
Demasiado color cegaron mis ojos,
Demasiado ruido ensordecieron mis oídos,
Y sin proponérmelo
Evadiste en mí toda definición,
Y pasaste a ser un misterio
Un hilo continuo más allá de la descripción,
Perfilando lo que no puede existir,
Opaco, como el agua turbia
te perdiste para siempre bajo la hipocresía